Análogo acidófilo de T197, estos bosques planicaducifolios desplazan a T21z allí donde la sequía estival es menos severa y las nevadas pueden dañar a los planiperennifolios, funcionando como bosques zonales en gran parte del sureste de Galicia y el noreste de Portugal, así como en el pidemeonte sur de la cordillera cantábrica. En la vertiente norte se presentan salpicados en laderas orientadas al sur e incluso en terrenos costeros arenosos, así como, de manera más extensa y continua, en ciertas áreas del suroeste de Asturias protegidas por el relieve de la nubosidad estival, remplazando a T1Bx en las tierras bajas y a T1By en la montaña. La especie dominante y definitoria, Quercus pyrenaica, es de foliación tardía y produce hojas profundamente lobuladas y cubiertas de un tomento blanquecino, lo que las hace resistentes a heladas tardías y capaces de disipar el calor solar (reduciendo el potencial fotosintético pero a cambio de incrementar las posibilidades de supervivencia). En lo que probablemente representa una adapatación a los incendios relativamente frecuentes a lo largo de una historia evolutiva desarrollada bajo un clima submediterráneo lluvioso, Quercus pyrenaica reborta vigorosamente de raíz cuando se quema o sea desbroza, dando lugar a densas formaciones arbustivas tipificadas por EUNIS como S516 (“Deciduous Quercus matorral).