Turberas hiperoceánicas dominadas por esfagnos y ericáceas cuyo aporte de agua deriva principalmente de la humedad ambiental, en zonas cuyo clima, nuboso y lluvioso a lo largo de todo el año, permite que se desarrollen turberas incluso en zonas de suave pendiente. En el área de estudio este hábitat es raro y relicto, a menudo con la endémica Carex durieui. Representa el último vestigio de las extensas turberas que probablemente ocuparon el noroeste peninsular durante la era glacial, tal y como ocupan actualmente las regiones boreales más oceánicas. Se crea una unidad regional a nivel IV, puesto que en las unidades propuestas por EUNIS, basadas en criterios geográficos o geomorfológicos, no tienen cabida nuestras turberas de cobertor.